La especulación llevaría también a que las personas se reagrupen en una sola vivienda en familia o pareja.
Y es que es tan compleja la situación, producto de los incrementos desmedidos en los cánones de arriendo en el Valle de Aburrá, los cuales superan el 60%, que está llevando a que las personas se reagrupen en una sola vivienda, sea con la familia o en pareja, o a mudarse a un estrato inferior para reducir gastos. Lejos queda la pretensión de subir de estrato y más bien las familias empiezan a pensar cómo vivir con menores comodidades.
Así lo revela un estudio realizado por la Cámara Nacional Inmobiliaria, el cual concluye que el 52% de las personas encuestadas que pagan arriendo habitacional está considerando mudarse a un estrato más bajo por el costo más económico del alquiler y los servicios públicos; así como el 43% buscarían regresar a las viviendas de sus papás, a compartir un inmueble con familiares o amigos, o las parejas arrendarían una casa o apartamento para compartir gastos.
“El incremento en los arrendamientos está afectando profundamente el ingreso de los hogares, porque si para una familia el pan está caro, ellos comen menos pan, se remplaza o no lo consumen. Sin embargo, el arriendo no hay cómo sustituirlo, y la única manera es cambiar de inmueble buscando otro de menor cuantía”, explicó Claudia Bustamante, economista a cargo del estudio.
La analista agregó que la inflación es el factor determinante para el alza de los arrendamientos, y que para el 2023 el aumento autorizado fue del 13,12%.
“Sin embargo, en el Valle de Aburrá se han presentado incrementos ilegales hasta del 60% por diferentes razones como la escasez de inmuebles debido a un menor desarrollo de proyectos habitacionales, incrementos en los costos de licencias y obras, entregas demoradas de los proyectos, y unidades habitacionales que antes estaban en el mercado de arrendamiento tradicional y se están cambiando al mercado de arriendo para vivienda de renta corta”, dijo Bustamante.
Una situación particular para esta última razón fue la que le sucedió recientemente a Patricia Jaramillo, ejecutiva de segundo nivel de una entidad bancaria, quien para sacarle más provecho a un apartamento propio pero que tiene para arriendo por el sector de Las Palmas en el Poblado, lo inscribió en la plataforma Airbnb para alquilarlo a extranjeros.
Luego de amoblarlo, para darle mayor valor agregado, lo ofreció por más del doble de lo que le pagaba el último inquilino en un arriendo mensual tradicional, y aunque es por temporadas cortas y que no pasan de un mes, recibe más de $5.000.000.
Medellín, la que más paga
Otro de los datos relevantes del estudio de la Cámara indican que en el Área Metropolitana de Medellín el 68% de los hogares que viven en alquiler destinan hasta un 30% del presupuesto mensual para el pago de arrendamiento.
La cifra llama la atención si se tiene en cuenta que, según un estudio de calidad de vida de la firma consultora en estudios de mercado Raddar, señala que en promedio las familias de Colombia destinan el 23,4% de los ingresos para pagar un alquiler habitacional.
“Se requiere mejorar las políticas públicas que permitan un cambio en el uso de suelo, rehabilitación del existente y una disminución en los costos de licencias y de construcción, que conlleven a una renovación urbana, con el fin de incrementar la oferta de inmuebles y así disminuir los altos incrementos en arriendo”, señaló Andrés González, director de la Cámara.
El líder gremial agregó que la Ley 820, que regula los contratos de arrendamiento, traza unos límites de hasta dónde pueden subir los cánones de arriendo de un año al otro. “La norma establece que no puede superar el Índice de Precios al Consumidor (IPC), y que comúnmente conocemos con la inflación”, dijo.
Y recalcó, que la citada Ley también deja “muy en claro” que el valor de un arriendo no puede superar el 1% del valor comercial del inmueble, o el 2% del avalúo catastral del mismo, “y esto es lo que deben tener muy en cuenta los arrendatarios a la hora de alquilar un inmueble”.
González también subrayó que se está presentando una burbuja en los cánones de arriendo. “No se tiene establecido hasta dónde puede llegar, y por el contrario seguirá creciendo. Y, mientras no se generen nuevos espacios de vivienda, puede terminar mal porque se generaría un desplazamiento muy fuerte de personas desde el casco urbano del Valle de Aburrá hacia municipios aledaños, lo que mermaría el mercado inmobiliario”, dijo.
Al consultar el tema con Federico Estrada, gerente de La Lonja de Medellín y Antioquia, indicó que hay un porcentaje alto de propietarios que piden de manera anticipada la restitución de los inmuebles para arrendarlos nuevamente con aumentos desmedidos.
“Los altos precios en los arriendos en el área metropolitana está llevando a un cambio en los hábitos y expectativas de las personas a la hora de buscar otro inmueble, ya que el poder adquisitivo está perdiendo valor”, agregó Estrada.
Finalmente, otros resultados a resaltar del estudio de la Cámara, indican que el 29% de los encuestados que pagan arriendo no tienen planeado comprar vivienda y el 24% contempla hacerlo en un tiempo estimado mayor a cinco años. Así mismo, el 45% de las familias a las que se les aplicó el estudio llevan más de seis años pagando arriendo.
Fuente: www.elcolombiano.com