Colombia no ha sido ajena a la necesidad de desarrollar el sector vivienda promoviendo el acceso a esta como instrumento para la equidad social. Por esto, desde la política pública se han puesto en marcha iniciativas como Mi Casa Ya (MCY) y Frech No VIS.
Pero, en las últimas semanas dichos programas han estado frenados, lo que ha prendido las alertas por las afectaciones en los hogares más vulnerables y en el sector edificador.
De hecho, el equipo económico de Bancolombia prevé que en este cuarto trimestre se observará una desaceleración más fuerte en ventas de vivienda, debido a la finalización de subsidios de vivienda, especialmente en el segmento VIS, y al aumento en la tasa de interés a 10%.
No VIS, no va más
Los subsidios para vivienda No VIS, que son las que cuestan más de $150 millones, se crearon durante el gobierno del expresidente Iván Duque, con el fin de hacerle frente a los impactos negativos del covid-19 y acelerar la reactivación económica.
De esta manera comenzó a operar el subsidio Frech No VIS, como una ampliación de la política de vivienda del entonces gobierno. En 2020 se crearon 100.000 cupos que podían tomarse hasta el 31 de diciembre de este año. El beneficio entrega una ayuda económica mensual de $500.000 para quienes compren viviendas No VIS de hasta $500 millones en áreas urbanas, sin importar el nivel de ingresos ni propiedades ya adquiridas.
Por esto, una de las malas noticias que recibieron los colombianos es que este subsidio se eliminará a partir del 2023.
El anuncio fue hecho por Catalina Velasco, ministra de Vivienda, en entrevista con La W, en la que afirmó que lo que busca el gobierno del presidente Gustavo Petro es llegar a las familias más pobres, “teniendo en cuenta que esas viviendas de hasta $400 millones son para quienes tienen ingresos altos... Queremos dirigir nuestros esfuerzos a personas que tienen entre 0 y 1,5 salarios mínimos, a las que viven en el sector rural”. Y recalcó que estos subsidios tenían un propósito de reactivación, por lo que es el momento de redireccionar esos recursos.
Sin embargo, las familias que ya cuentan con el subsidio seguirán beneficiándose de él.
“A la subida de las tasas de interés, al alto valor de los inmuebles, la inflación y el fortalecimiento del dólar, se suma ahora la eliminación de este subsidio. Se está generando la tormenta perfecta para el segmento No VIS. Las propiedades de más $150 millones son bastante adquiridas por los estratos medios, por lo que estas familias serían las más perjudicadas”, explicó Juan Álvarez, abogado especialista en derecho urbano.
Y agregó que a todo esto se suma la disminución de la oferta, pues esto desaceleraría aún más las ventas de vivienda No VIS para 2023: en agosto de este año disminuyeron 43% frente al mismo mes de 2021.
Los recursos de Mi Casa Ya
Según el centro de estudios económicos Anif, en los últimos años los subsidios vivienda VIS han apalancado 1 de cada 3 ventas de vivienda en este segmento, que es el de mayor volumen en el mercado.
Y es que la ministra de Vivienda anunció en días pasados que los recursos del programa MCY fueron comprometidos en su totalidad para esta vigencia. “Se otorgaron 65.000 subsidios, cumpliendo de manera anticipada con la meta de 2022. 41.800 contaban con financiación correspondiente a este año y el resto se respaldaron con vigencia futura del año 2023. La voluntad es mantener ese esquema de asignación”, dijo.
Por eso, esa cartera y Camacol hicieron un llamado a las constructoras que cuentan con proyectos de vivienda VIS para que mantengan las condiciones de negocio a los beneficiarios del subsidio.
Y Asobancaria resaltó que gracias a este el 60% de los colombianos puedan acceder a créditos y con ello a la posibilidad de adquirir vivienda propia. Además de que, actualmente, el 79,6% de los desembolsos de vivienda VIS utiliza este apoyo. “Hay que redoblar esfuerzos para ampliar el cubrimiento a los informales, al sector rural y promover los mejoramientos de vivienda”, señaló Hernando José Gómez, presidente del gremio.
Son muchas las familias que invirtieron en proyectos próximos a entregarse y para las que parece no haber una salida.
Fuente: www.elcolombiano.com